Las voces de Cristóbal Briceño en Mi ejército

Si pensamos en Ases Falsos, de seguro la figura de Cristóbal Briceño salta a la mente, y es que se trata de un personaje que no pasa desapercibido. Su voz es bastante característica y a mí me llama particularmente la atención los distintos “modos” que tiene de emitirla. En ocasiones es cerrada, íntima, suave; en otras, es abierta, extrovertida, brillante, “apretada”, con un vibrato que suena casi nervioso. El gran control que tiene Briceño sobre su propia voz le permite cambiar entre estos modos sin problema, incluso dentro de una misma canción. Con frecuencia se guarda su estilo “apretado” para el estribillo de la canción, dándole así un énfasis especial y, quizás, ayudando a llegar a las notas agudas. Pero su flexibilidad va más allá, no solo utilizando ambos modos de canto en distintas secciones de una canción, sino que es capaz de hacer la transición dentro de un mismo gesto melódico. Creo que un buen ejemplo de todo esto es “Mi ejército”, track número 4 del disco Conducción de 2014.

Antes de entrar en la canción, trataré de explicar a qué me refiero con la voz “apretada” de Briceño. Comúnmente, en las secciones exigentes de una canción, él adopta un sonido extrovertido aparentemente tenso y doloroso, incluso me viene a la mente alguien cantando con la cara arrugada y el puño apretado, como si estuviera haciendo mucho esfuerzo con el cuerpo. (Pero al revisar sus presentaciones en vivo, no parece haber una relación entre sus expresiones corporales y su uso o no uso de este tipo de voz). La voz suena nasal, aunque no estoy seguro de si realmente usa los resonadores nasales para este estilo o si solo suena parecido. Esta voz también tiene un vibrato veloz muy característico que da la idea de alguien hablando de manera nerviosa. Para oírlo, tengo este ejemplo de la canción “Al borde del cañón”, cuyo estribillo está cantado con falsete hasta el texto “no hay ninguna salvación”, donde toma su voz apretada.

Ahora sí, entremos de lleno a la canción “Mi ejército”.

El tema en cuestión parte con un teclado haciendo un riff en fa mayor, acompañado solo por el hi-hat de la batería. De a poco se va sumando la banda, incluyendo melismas de Briceño con falsete que se sienten bastante atrás en la mezcla por el uso de reverb. Finalmente, en el minuto 0:47 comienza la estrofa, mostrando la voz tranquila de nuestro cantante. Suena frágil, sencilla, sin que pareciera querer destacar. Sin embargo, desde el segundo verso, esta idea se rompe de manera casi absurda, durante la oración “te voy a usar y es probable que después no volvamos nunca más a vernos así como ahora” (minuto 0:58).

Este enunciado de 7 segundos pareciera tener toda una curva climática, que va creciendo de a poco hasta las palabras “más a vernos”. Su estilo tímido se convierte de manera gradual (y sorprendente) en su estilo extrovertido hacia el clímax de la oración, retornando en seguida a su modo suave para terminar tal como empezó. Se oye como si el hablante sufriera cada vez más de dolor mientras dice “no volvamos nunca más a vernos”, lo cual de hecho tiene coherencia con lo que quiere decir la letra de la canción en esta parte. Este debe ser el mejor verso de la discografía (o por lo menos, del disco Conducción) para explicar a qué me refiero con sus dos “modos” de voz, ya que hace la transición de manera gradual, sin pausa, sin cambiar de registro vocal o de plantilla instrumental. Es absolutamente explícito.

La estrofa continúa con su modo cerrado hasta el minuto 1:22, donde canta “pero hoy se presenta la evidencia correcta”, donde nuevamente utiliza su sonido apretado y extrovertido. Este gesto melódico habría de conducir hacia el estribillo; pero en su lugar, se repite la canción desde el principio.

Tras repetir el riff de la intro, comienza la segunda estrofa, que prácticamente sigue la misma fórmula de la primera. De hecho, el segundo verso (“acotaré el espacio del impacto y golpearé usando la energía del planeta”) presenta exactamente la misma curva climática descrita anteriormente, con el mismo cambio gradual en su modo de voz.

En 2:05 comienza definitivamente el estribillo de la canción, el cual utiliza todo el tiempo su “modo apretado”, hasta el cierre “soy mi propia carne de cañón y mi conspirador” (minuto 2:24), donde nuevamente retoma su voz calma de manera repentina.

Estos contrastes calzan con los registros utilizados por Briceño: gran parte del estribillo está cantando en su registro agudo, hasta el cierre ya mencionado, donde retoma un registro más parecido al de la estrofa. De hecho, cabe destacar el minuto 2:17 (“soy su comandante y a la vez soy su primera línea”), donde llega a las notas más altas de la canción (la4), utilizando un sonido más apretado que nunca y con más vibrato del que suele tener. De esta manera, podríamos decir que el conjunto de secciones estrofa-estribillo sigue la misma curva climática que antes vimos en una oración individual, solo que ahora a nivel macro; iniciamos la estrofa y terminamos el estribillo con la misma calma, pero, poco antes del final, tenemos la construcción del clímax máximo.

Así, en esta canción de Ases Falsos podemos ver cómo Cristóbal Briceño alterna entre sus modos de voz para algo más que solo ayudar a sus agudos, sino también para marcar el carácter de cada sección e incluso para conducir una curva climática. Quizás esta es otra manera en que Briceño aborda el concepto de la Conducción durante el disco.