Música caipira: Profesionalización de un canto campesino

El pasado 8 de julio se realizó la última conferencia del seminario Voces Populares y sus Estética titulada Música caipira: voces campesinas en el estudio de grabación (1929), a cargo de Juliana Pérez González, historiadora colombiana y doctora en Historia Social por la Universidad de São Paulo, quien abordó la historia y características de la música caipira, entendida como música hecha por campesinos de la ciudad de Sao Paulo, Brasil, y los diferentes intérpretes de este género.

Entre las características principales de la música caipira, Juliana separó entre aquellas consideradas constantes y otras variables. Entre las primeras se incluyen la presencia de una guitarra acústica, llamada en portugués viola; la presencia de duetos y voces “nasales” de los intérpretes, mientras que en las características variables encontramos diferencias en la instrumentación y performance de las canciones.

Uno de sus intérpretes más importantes será Cornélio Pires, que comenzó haciendo espectáculos en la calle para los transeúntes que pasaban, y     que en 1929 graba por primera vez una de sus canciones, todo producido y vendido por él. Desde ahí, este tipo de canciones fue ganando popularidad y vendiendo cada vez más discos, lo que llamó la atención de Columbia Records, que comenzó a producir este tipo de canciones.

Juliana destaca los avances tecnológicos que propiciaron la grabación no solo de música caipira sino de otros tipos de música. Es importante el paso de micrófonos mecánicos a eléctricos, en 1926, que permitió una mayor amplificación de la voz del o la intérprete; y ya hacia 1931 la mezcla de diferentes pistas.

Algo que caracterizó a este tipo de grabaciones fue la calidad del sonido, que presentaba algunas saturaciones cuando los intérpretes cantaban. Una de las teorías de Juliana se basa en la tradición de los cantores. Al presentarse en la calle, debían proyectar su voz y alcanzar un volumen más alto. Cuando pasan al estudio de grabación, el volumen se mantiene, saturando el sonido.

Finalmente, Juliana presentó diversos ejemplos de música caipira, entre los que destacan Será Os Impossive!, de Mariano e Caçula, de 1930, que significa un quiebre respecto a las demás grabaciones al presentar una voz hablada que interrumpe la canción. En ella el intérprete pregunta si es posible tocar algo más que tonadas con guitarra (o viola), procediendo a cambiar la canción.

El dúo Lázaro e Machado es también importante por considerarse, según investigadores y archivos de la época, como la dupla más afinada, considerados ambos como los mejores intérpretes del momento.

Posteriormente, Juliana destacó la presencia de cantos con sonoridades similares a la música caipira en otros países del mundo como Venezuela y Portugal, y algunos que, siguiendo la tradición, permearon a otros géneros musicales más populares.